Estefanía Quintero recuerda llegar de una presentación en la que realizó infinidad de formas con la sutileza del viento: pudo penetrar al público con su mirada desafiante y llena de tenacidad, pudo escuchar cada acorde y hacerlo vibrar en su cuerpo. Aquel mismo día su tía comenzó a desvanecerse. María Ifigenia ya no podía caminar. … Sigue leyendo Bailar para no morir