La política colombiana ha estado orientada durante décadas al favorecimiento de una clase social, de por sí privilegiada, a través de la explotación del pueblo. ¿Y cómo es posible que un pueblo acepte condiciones sociales y políticas que regulan su vida diaria en perjuicio de la mayoría y en beneficio de minorías? Si descartamos que haya habido una aceptación voluntaria y consciente (lo cual sería un acto de estupidez poco probable tratándose de todo un pueblo), quedan dos opciones: o la ignorancia política de las masas les ha impedido reconocer la profunda injusticia con la que es gobernada, o no ha habido nunca un consentimiento realmente voluntario (que al fin y al cabo debería pasar por una conciencia informada).