Miscelánea de aforismos

Hay que dudar de la importancia de las cosas ostentosas. Lo verdaderamente significativo son las nimiedades…

Encontrar el sentido de la vida en las insignificancias, en lo que precisamente raya en la carencia del sentido.

Esas hojas pequeñísimas de árboles que caen como mariposas que claudican en pleno vuelo.

El reflejo del sol brilla aún en los charcos de fango… Contemplar el mundo a través de los espejos rotos de agua sucia…

Ser libre como una hoja recién despegada del árbol y que se desvanece en el viento.

La soledad de un barco vacío que no lleva rumbo.

La magia siniestra de las despedidas es que nunca sabes si te despides para siempre.

Miramos atrás en las despedidas con el ánimo de conservar en la mirada a esa persona de quien nos despedimos.

Por inútil e imposible, solo es admirable buscar lo que no se ha tenido y nunca se tendrá.

El alma, ese fragmento de nada que da la ilusión de brillo cuando ni siquiera hay luz que la ilumine.

Las ruinas son la nostalgia hecha materialidad y a su vez la nostalgia es un vestigio sentimental.

Hay instantes efímeros que resuenan toda la eternidad…

Compondría el himno de los apátridas, pero ese símbolo ya sería disponerlos como nación.

La paradoja del viaje en el tiempo: si en el futuro se descubre el viaje en el tiempo, ya se viaja a través de él y hay visitas sin darnos cuenta.

¿Cómo sonaría la luna si fuese un instrumento musical?

Los rostros plurales del reino mineral: no hay dos piedras iguales en el mundo.

Las gotas de lluvia que caen como las vidas de los que mueren en este instante.

Tal vez para entrar al cielo te pregunten cuántas nubes has visto desintegrarse en su trayectoria para saber si en vida disfrutaste la belleza del reino de lo etéreo…

La ventana fue, indiscutiblemente, la invención de un visionario.

Quizás el mayor grado de pureza es el de quien nunca sospechó existir.

Si mirásemos las cosas tal como son, no podríamos vivir, quedaríamos petrificados. Estatuas de sal de la realidad.

El rostro sosegador de algunos desasosegados….

Hay rostros que, por más que rían y sonrían, no se pueden quitar de encima cierto dejo de tristeza.

Hay alegrías que vienen en forma de sutiles tristezas.

Un suicidio maravilloso: desangrarse gota a gota mientras se disfruta de una colorida puesta de sol.

La razón es el espantapájaros que aterroriza a los locos mientras vuelan.

Ser la música que suena en un desierto, que solo escuchan las dunas.

El sueño, ese eclipse en la carne de la luz y la oscuridad.

Breve apología a la oscuridad: la luz es ruido.

Promesa: carga frágil y delicada.

No se necesitan más evidencias: los colibríes son suficientes para demostrar que la fantasía no se opone a la realidad.

Poética de la lejanía: ser un punto distante con luz propia.


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