Con esta entrada Opinión a la Plaza celebra la publicación del libro Lo callado de nuestro autor Carlos Andrés Jaramillo.
Sobre lo callado han dicho:
“El desafío del silencio no es llegarlo a decir, es darlo a escuchar, aquí, entre estas líneas, entre estos versos con cadencia a lluvia mansa, se nos concede ese don: “Lo callado” se nos dice poesía, nos hace escuchar su brotar…”
(Hugo Mujica)
“La lenta contemplación y el silencio desanudado son los principales elementos que encadenan esta obra, de la cual se destacan aquellos poemas que buscan, en la suave superficie del mutismo y la reflexión, un vínculo primigenio con la totalidad, una fusión con las formas de lo que nace constantemente entre la lluvia”
(Yenny León)
Pequeñas preguntas
¿Quién ha hablado nunca de ese diálogo sin palabras que el anhelo o la nostalgia entablan con la lejanía del otro?
¿Por qué el hombre escribe contra la soledad, ensanchándola?
Entre la nieve y el silencio, hay luz
Y la nieve soporta lo muy leve:
el peso de la vida
sin la esperanza de salvarla
O asomarse a los ojos del perro
que meditativo, contempla la luz
y, como remoto, devuelve una mirada:
(inquisitiva, cálida)
como quien sabe una verdad
y no la dice, la acalla
Como quien se asoma a sus ojos y piensa:
ese remoto animal
Instrucciones para mi muerte
Quiero estar tan solo como lo fui en vida
Que nadie rompa el silencio
por fin conseguido
haciéndose presente
Que nadie me recuerde, si yo mismo me olvido
Ninguna palabra, ninguna lágrima
contenida
que aprese un reflejo
Solo una luz muy tenue que
al entrar por la ventana
lleve una claridad inútil
una ofrenda
a los espacios que habité siendo un hombre
Pequeñas preguntas
¿Quién fui para mi propia soledad, y qué rostro tuve
en mis sueños?
¿Cuántos hay en cada uno? ¿Qué tiempo de contacto
es necesario para residir en otro?
¿Dónde está la soledad?
Entre los objetos más preciados del mundo enumeraré:
La antigua nota reencontrada de una mujer que ha dejado de amarnos
Un libro ajado por su uso
Una clepsidra rota, capaz ahora de albergar tan solo el vacío
Una silla gastada donde la luz descansa cada tarde
Un número de teléfono que jamás tuvimos el valor de usar
Unos zapatos que se acomoden al pie
Una lámina de Gauguin que muestre los senos turgentes de una adolescente
Un bolígrafo que escriba en el momento adecuado
Una carta jamás entregada
Las manchas que los dedos dejan en el borde de las hojas de los libros
Un cofre cuyo contenido nadie se ocupó de saber
El juguete roto de un animal que murió hace tiempo